11.1.12

Por una estúpida razón, que todos conocemos, nos dejamos intimidar. Dejamos que otros nos digan que camino elegir. Dejamos que otros nos digan lo que está bien y lo que está mal. Dejamos que nos guíen contra nuestra voluntad, cuando eso no es lo que queremos. Esa razón, alguna vez todos la conocemos, en diferentes ocasiones, por diferentes motivos, y esa razón es: el miedo. 
El miedo a no ser aceptados, el miedo a ser dejados de lado. El miedo a no gustarle a la gente. El miedo de no ser amado. El miedo de ser lastimado. Pero... ¿está mal tener miedo? ¿está mal ser como nosotros sentimos? No. Pero por más miedo que tengamos, no debemos dejar que otros nos digan lo que tenemos que hacer, gustar, decir o afirmar. Siempre, más allá del miedo, seamos nosotros mismos. Porque si fuéramos todos iguales, sería un mundo demasiado aburrido, ¿no?. Imagínense que seamos todos iguales, nada para elegir, nada para debatir, nada para charlar. Todos iguales sin pensamientos que se destaquen. Por eso, siempre sé tú mismo. Creé en vos mismo. Confía en vos mismo. Y nunca cambies. Porque ser vos mismo es lo mejor que podes hacer. 
- Aldi